Sectores público y privado acuerdan apostar por energías renovables y fijan acabar con la pobreza energética para el 2030
Con compromisos importantes para evitar un enorme desorden climático concluyó la vigesimosegunda edición de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP22), en la que destaca el incremento progresivo para 2020 de la inversión pública y privada por parte de los países ricos de aportar 100.000 millones de dólares anuales para combatir los efectos de la emanación de dióxido de carbono, apostando por la generación de tecnologías limpias que vayan sustituyendo paulatinamente la explotación de combustible fósiles para los que se anunció la eliminación de ayudas y subsidios.
Todos los pactos alcanzados durante la cumbre celebrada en Marrakech, comprometen a 195 países a llevar a la práctica medidas para la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, que afecta sobre todo a los países en vías de desarrollo donde los efectos del cambio climático perjudican más según datos de las Naciones Unidas, que asegura una subida de casi 4 grados en la trayectoria de las temperaturas en todo el planeta a finales de siglo. Cifra que supera el límite de dos grados recomendado por año, lo que para la Organización Meteorológica Mundial constituye un pico máximo de concentración de carbono.
La representación española en la COP22 promulgó la firma de un acuerdo junto con Marruecos, Francia, Alemania y Portugal para el intercambio de energía eléctrica renovable apostando por una reducción de contaminantes, y porque las nuevas fuentes de energías sean además cada vez menos peligrosas en lo que respecta a la explotación de recursos y a los peligros de combustión o intoxicación.
Además de la voluntad de los políticos de los países firmantes, en las reuniones se recalcó el papel de las empresas contra el cambio climático. Representantes del sector privado hicieron públicas distintas acciones en el uso de fuentes renovables para poder cumplir con uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas a favor del acceso universal a la energía sostenible, asequible y fiable a 1.100 millones de personas que no cuentan con ella en el mundo para cocinar, calentarse, por nombrar unos pocos usos básicos. Para poner fin a la pobreza energética la COP22 y las empresas se han fijado como meta erradicarla para el año 2030.