Los 7 pecados de la gestión ESG
A continuación se exponen algunas de las ideas erróneas y prácticas problemáticas más comunes entre las empresas a la hora de abordar la gestión de las cuestiones ASG, que pueden dar lugar a importantes escollos. El elemento común en varias de estas prácticas es la falta de una estrategia orientada a un propósito que se centre en cuestiones materiales específicas de la empresa y que esté plenamente integrada con los objetivos empresariales de la organización. Como se ha comentado anteriormente, el desarrollo de un programa ESG eficaz requiere un esfuerzo consciente que esté dirigido por el consejo de administración y la dirección y que se transmita a toda la empresa.
FUENTE : The Seven Sins of ESG Management Posted by Kosmas Papadopoulos and Rodolfo Araujo, FTI Consulting, on Wednesday, September 23, 2020
- Excesiva atención a las calificaciones
Algunas empresas consideran que la mejora de su posición en materia de ESG supone una mejora de sus calificaciones por parte de las agencias de calificación de ESG. Un enfoque empresarial centrado exclusivamente en la mejora de la calificación de la empresa corre el riesgo de asignar más recursos a «marcar casillas» en lugar de desarrollar una estrategia que se adapte a las perspectivas únicas de la empresa y a su exposición al riesgo.
Las calificaciones ESG pueden ser útiles para que las empresas comprendan las posibles perspectivas de los asuntos materiales, pero sólo representan puntos de vista específicos de terceros. De hecho, las múltiples metodologías de calificación disponibles en el mercado hacen casi imposible satisfacer todos los puntos de vista.
Las calificaciones positivas pueden, en efecto, ayudar a una empresa a obtener reconocimiento, pero deben considerarse sólo como el resultado de los esfuerzos de la empresa. Es importante que las empresas se centren en su propia perspectiva sobre cómo gestionar sus riesgos y oportunidades materiales en materia de ESG y que utilicen las opiniones de terceros como aportaciones, no como fines en sí mismos.
- Tratar la ESG únicamente como un esfuerzo de comunicación
Las empresas cometen a veces el error de intentar mejorar su imagen centrándose únicamente en su estrategia de comunicación y relaciones públicas, con lo que «ponen el carro delante de los bueyes» en sus esfuerzos en materia de ESG.
Las comunicaciones pueden ayudar a la empresa a amplificar su mensaje, pero no pueden sustituir a un sistema de gestión sólido que aborde los riesgos materiales. Los inversores y otras partes interesadas pueden ver a través de los mensajes que no se corresponden con una acción significativa (a menudo denominado «Green Wash»).
Y lo que es más importante, al centrarse en el mensaje y no en la gestión de las cuestiones ESG, la empresa sigue expuesta a importantes riesgos.
- Falta de supervisión del consejo de administración y de la dirección
Algunas empresas delegan las responsabilidades en materia de ESG o sostenibilidad en personas o departamentos de la empresa, sin la participación del consejo de administración y la alta dirección. Sin embargo, la estrategia de gestión ESG de la empresa debe situarse como parte fundamental de la visión y los valores de la empresa. Por lo tanto, es imperativo que el consejo de administración y la alta dirección no sólo supervisen, sino que impulsen la estrategia ESG de la empresa, alineándola plenamente con la estrategia empresarial más amplia.
- Desconexión de la estrategia empresarial
Una estrategia ESG no puede pensarse por separado de la estrategia de negocio de la empresa. Una estrategia ESG que no tenga en cuenta los objetivos estratégicos de la empresa y no informe a la estrategia corporativa principal no cumple su propósito. Estas desconexiones pueden deberse a posibles percepciones erróneas sobre el propósito del programa ESG, a la falta de supervisión por parte del consejo de administración y de la dirección, o a que no se haya realizado una evaluación exhaustiva de la materialidad.
- Enfoque orientado al cumplimiento
Algunas empresas pueden presentar su programa ESG haciendo referencia al cumplimiento de las normas y reglamentos en materia de medio ambiente, prácticas laborales, salud y seguridad, y otras cuestiones clave. Este enfoque puede parecer reactivo e indicar una reticencia a ir más allá de los requisitos mínimos.
Para posicionarse como líderes, las empresas tendrían que ilustrar que establecen proactivamente los mejores programas de su clase que superan los requisitos mínimos como parte de una estrategia deliberada de ESG. Al mismo tiempo, en las jurisdicciones con normas y reglamentos estrictos, es importante que las empresas expliquen plenamente sus prácticas, de modo que obtengan todo el crédito por sus esfuerzos. De lo contrario, es posible que su público no aprecie plenamente que la empresa está operando a un alto nivel.
- Incongruencias en la empresa
Como resultado de la falta de una estrategia y coordinación en toda la empresa, o de operaciones en jurisdicciones, geografías o segmentos de negocio dispares, algunas empresas pueden acabar adoptando diferentes normas en distintas divisiones sin un razonamiento claro para las discrepancias en las prácticas empresariales. Este enfoque deja importantes lagunas en los programas de gestión ESG de la empresa, con la consiguiente exposición al riesgo.
En estos casos, las empresas deben trazar sus políticas y programas en todas las unidades de negocio y geografías y armonizar los esfuerzos en toda la empresa para tener un enfoque coherente con prácticas equivalentes sobre cómo abordar los riesgos materiales.
- Falta de evaluación y seguimiento
La recopilación de datos e información para supervisar el rendimiento en cuestiones ESG clave constituye un reto importante para las empresas en la aplicación de sus programas ESG. La falta de un seguimiento eficaz del rendimiento en materia de ESG impide que la empresa pueda progresar y recibir todo el crédito por sus iniciativas en curso mediante la presentación de informes.
La creación de los mecanismos y metodologías de recogida de la información adecuada para el seguimiento de los resultados puede suponer un esfuerzo considerable al principio. Sin embargo, dicho proceso puede llegar a ser decisivo para establecer un programa exitoso.
Además de una revisión de los datos, el proceso de supervisión debe incluir una evaluación continua de la eficacia de los programas de la empresa, de modo que los sistemas puedan ajustarse para lograr mejoras continuas.
Estos son los seis elementos clave deben tenerse en cuenta a la hora de que las empresas desarrollen su programa ESG: -seguimiento, materialidad de los aspectos ESG, alineación estratégica, supervisión del consejo de administración, políticas e iniciativas, y métricas y objetivos.
Como vemos, la digitalización de los procesos clave vinculados a la consecución de los objetivos ASG se está convirtiendo en una prioridad en las políticas de inversión de las empresas. Contar con las herramientas clave líderes en el mercado con las que trabajan hoy en día las empresas líderes pioneras en buenas prácticas para estos objetivos debería ser una opción a valorar por las empresas que no quieran quedarse atrás.
En Laragon Sustainability somos un referente en la digitalización de muchas de estas iniciativas desde hace más de 15 años, poniendo a disposición de empresas de todos los tamaños nuestra experiencia en la optimización de todos los procesos de la empresa hacia la sostenibilidad, la transparencia, la gestión de riesgos y el buen gobierno.